Los bares castizos son locales que corren grave riesgo de desaparecer y, sin embargo, siguen brillando en Madrid como pequeñas joyas de una ciudad que se gentrifica a un ritmo alarmante.
En esta categoría no hay sitio para toques gastronómicos, cultura, pop u otras modernidades. Por eso quedan excluidos de esta categoría los bares de toda la vida de los barrios del centro, convertidos en modernos (por jubilación o por la brutal subida de los alquileres), y que, a pesar de “medio mantener” ese peculiar tamiz castizo, sirven ceviches, baos y demás delicias gastro dictadas por el “instachef”. Lo castizo es completamente old school.
Muchos tienen más de 100 años y representan un pedazo de la historia de Madrid. La buena noticia es que se puede cenar y beber en estos «museos». Y, créeme, no todos están incluidos en la guía Lonely Planet… ¡Que aproveche!
Tabla de contenidos
Casa Labra
Este local más que centenario, tiene fama de ofrecer las mejores rodajas de pescado del mundo. No es la única taberna de Madrid que sirve este manjar, y hay diferentes opiniones. Aunque todos están de acuerdo en que Labra es una apuesta segura, mientras que a otros también les gustan las croquetas del mismo.
La taberna ofrece un comedor/restaurante donde sirven la cocina de bacalao más clásica, así como algunas más inventivas. Las tajadas de bacalao rebozadas (conocidas como soldaditos de Pavía y que se venden por un euro y medio) y las croquetas no paran de salir de la cocina (por un poco menos).
Su interior conserva toda la esencia de sus orígenes: mesas de mármol, mostrador de zinc, ventiladores de techo, lámparas de la abuela y una decoración más que centenaria. La fachada, que sigue la curva de la estructura, también se adhiere a la estética de la época.
Como curiosidad, en Casa Labra se fundó clandestinamente el Partido Socialista Obrero Español PSOE.
📍 Calle de Tetuán, 12
Viva Madrid
Viva Madrid se describe como una taberna inusual. Taberna porque eso es lo que siempre ha sido este lugar y inusual porque no es «normal», aquí puedes descubrir cócteles y otro tipo de bebidas además de aperitivos.
Viva Madrid es una coctelería que recorre las décadas del siglo XX. Era habitual que los madrileños de los años 20 vinieran aquí a tomar un vermut y empezar la noche antes de ir al Chicote. Este bar volvió a ser popular en los años ochenta. Fue lugar de reunión y donde muchos se lanzaron a la famosa fiesta madrileña.
El objetivo de Viva Madrid es recuperar costumbres y tradiciones. Cualquiera de las bebidas de la carta estaba disponible antes en el original Viva Madrid. En Viva Madrid se ofrecen medios combos generosos, vermut de grifo y aperitivos que complementan adecuadamente todas estas bebidas.
La sala está separada en dos mitades. La zona de taberna, donde se puede empezar a beber a mediodía. Antes de comer, un combinado medio cubano con Gilda es ideal. Cócteles como el Viejo Cubano (un mojito servido en copa de cóctel y terminado con cava) son también bebidas populares de aperitivo.
La parte trasera, o como ellos prefieren llamarla, la cara B, es ideal para los cócteles tradicionales. Cócteles como la Paloma y el Porn Star. Anteriormente, este espacio era la terraza de luces del edificio. Una zona rica en historia, que Viva Madrid se esfuerza por mantener. En el bar, hay un fonógrafo de época que funciona y es una gozada escucharlo.
Viva Madrid es un lugar para soltarse la melena. Un lugar que te hará sentir como si te hubieras transportado atrás en el tiempo. Deja que los camareros te ayuden a pedir tu bebida; son los mejores a la hora de ofrecerte una bebida basada en tus preferencias y la hora del día.
Viva Madrid ofrece una selección limitada de comida para acompañar todos estos cócteles. A lo largo del día, puedes pedir aperitivos sencillos y clásicos como la Gilda, latas de conserva o embutidos y queso de calidad.
Entrar en Viva Madrid es como revivir un pedazo de la historia madrileña del siglo XX, ya que el espacio ha sido restaurado con gusto para conservar la auténtica esencia de un lugar que destila historia por cada esquina.
📍 Calle de Manuel Fernández y González, nº 7
Taberna Ángel Sierra
Parece que el tiempo se ha detenido en el bar de Ángel Sierra, situado en la céntrica plaza de Chueca, donde la conservación de un lugar con estas cualidades cobra más valor cada día que pasa. Sus paredes son historia viva del Madrid más castizo: Cerámica de Cartuja de Sevilla, valiosas maderas traídas de Cuba, techos pintados al fresco, barra de hojalata, grifos de varios caños… Todo sigue como si no hubiera pasado un siglo desde su creación en 1917.
Sus dos secciones ofrecen un excelente vermut de grifo, complementado con aceitunas y encurtidos de Campo Real. Además de ricas conservas, hay empanadas de atún, cerdo o chorizo, así como canapés tradicionales de bacalao ahumado, ventresca con tomate y paté de pato. Un tesoro que debemos guardar y cuidar por el valor que nos ofrece.
📍 Calle de Gravina, 11
Taberna el Boquerón
Esta modesta taberna, revestida de azulejos andaluces, con barra de aluminio y mesas de mármol, refleja no sólo la singularidad del barrio en el que se encuentra, sino de toda la ciudad de Madrid. Podemos tomar un pescado tan fresco y delicioso en la capital como en cualquiera de nuestras costas.
Uno de los mejores sitios para comer gambas frescas a un precio razonable está en Lavapiés, la Taberna el Boquerón junto a la Casa Encendida. Pero no sólo de gambas vive el hombre; aquí sirven boquerones en vinagre, un camarón hervido, y unas nécoras «pá mear y no echar gota». Las cervezas son estupendas, y hay vermut Seltz de grifo para darle al marisco el maridaje adecuado.
📍 Calle de Valencia, 14
Casa Lucio
Esta lista estaría incompleta sin mencionar el restaurante conocido por sus famosos huevos estrellados. Casa Lucio, situado en el número 35 de la calle Cava Baja, en el barrio madrileño de La Latina, es un restaurante muy conocido a nivel local e internacional.
Desde Penélope Cruz a Bill Clinton, la mesa ha visto pasar a un amplio abanico de personalidades. Quienes lo visitan esperan degustar una cocina tan conocida como la de su propietario, Lucio.
Todos los platos de la carta, basados en la cocina tradicional madrileña, merecen la pena, pero todo el mundo quiere probar los huevos estrellados. Quizá sea por su horno de carbón, o quizá por la historia que impregna cada una de sus paredes, pero está constantemente lleno. Las alcachofas con jamón y las gambas al ajillo también son fantásticas, así que si vas con un grupo, ya te hemos recomendado tres platos.
📍 Calle de la Cava Baja, 35
Casa Revuelta
Casa Revuelta está en el número 3 del Corredor de Latoneros, una corta calle que une la calle Toledo con la plaza de Puerta Cerrada.
El bacalao ocupa desde hace mucho tiempo un lugar importante en la gastronomía de la península, no sólo en la capital sino también en todo el interior.
Revuelta es una modesta taberna conocida por su pescado rebozado, sin duda uno de los mejores de Madrid. La calidad del pescado es la base, pero el rebozado es sin duda el secreto de su éxito. La fórmula de Revuelta es un secreto bien guardado. Es un rebozado ligero que complementa el sabor del pescado y transforma la rodaja en un bocado sorprendente.
Casa Revuelta es un establecimiento pequeño, probablemente tendrás que esperar cola si lo visitas un sábado o un día festivo. Pero la espera merece la pena. Una copa de vino de Valdepeñas o una cerveza bien tirada con una de sus rodajas es el aperitivo ideal.
📍 Calle de Latoneros, 3
Cervecería Santa Bárbara
La cervecería Santa Bárbara, situada en el barrio madrileño de Chueca, fue fundada en 1815 como fábrica de cerveza.
Benito Pérez Galdós menciona Santa Bárbara en uno de sus Episodios Nacionales de la Primera República. Desde la década de 1950, ha sido lugar de reunión frecuente de estudiantes, políticos e intelectuales. Más tarde, en 1966, la cervecería se trasladó a su ubicación actual.
La cervecería es conocida por su cerveza bien elaborada, así como por sus tapas y raciones. También ofrece menús diarios con una gran variedad de comidas. Como puede ser gamba blanca de Huelva, berberechos gallegos, patatas recién fritas, gambas blancas, una selección de embutidos ibéricos, revueltos y pinchos que forman parte de su carta.
📍 Plaza de Sta. Bárbara, 8
Bodega La Ardosa
Con siglo y medio de historia a sus espaldas, esta taberna madrileña regentada por madre e hijo rebosa un ambiente lleno de buen rollo y excelente cocina como las tortillas de patatas con cebolla.
Las bodegas Ardosa toman su nombre de la zona vitivinícola de Toledo. Rafael Fernández decidió crear esta red de bodegas a finales del siglo XIX para comercializar el vino producido en sus viñedos.
Actualmente, en esta bodega se pueden degustar magníficas tapas y una cerveza checa de fama mundial.
En ella se encuentra el grifo de Guinness más antiguo de España, así como la mayor bodega de cerveza Pilsen del país.
📍 Calle de Colón, 13
Taberna Angosta
La Taberna Angosta cuenta con un espacio cuidado y pequeño que gana visitantes gracias a su acogedora y pequeña terraza, situada en un cuidado jardín al lado de una iglesia.
Tanto dentro como fuera, este restaurante de la calle Mancebos está completamente apartado del bullicio que se puede encontrar a pocos pasos en la plaza de la Paja. Aquí podrás probar su principal especialidad, que no es otra que sus deliciosos y variados patés.
Su cuidada selección musical también te acompaña mientras pruebas sus tostadas o su tabulé.
📍 Calle de los Mancebos, 6